“EL PANORAMA ES MUY INCIERTO”

 

Vinos y bodegas

 

La cuarentena y el aislamiento obligatorio encontraron a la industria vitivinícola en plena vendimia. En esta nota, bodegueros y enólogos expresan sus temores ante un oscuro panorama comercial, que los obliga a extremar la creatividad.

  

La prioridad es la salud. Eso no se discute. Pero las consecuencias de esta pandemia mundial y la cuarentena se sienten en todas las actividades productivas. En medio de este panorama, dos de las industrias generadoras de empleo e ingresos más importantes de la provincia de Salta están sufriendo un retroceso de tamaño incalculable. Una es el turismo, que (como en todo el planeta) está absolutamente paralizado. La otra es la actividad vitivinícola, que además le da nombre y prestigio a Salta tanto dentro como fuera del país.

Salvo dos o tres que pertenecen a grandes grupos, la mayoría de las bodegas de nuestra provincia son empresas pequeñas, que tienen una producción de buena calidad pero de escala reducida. Por ello un alto porcentaje de sus vinos se comercializa en vinotecas y restaurantes, ya que no tienen volumen para competir con las bodegas cuyanas por espacios en las góndolas de las cadenas de supermercados. Con este panorama, la pandemia y la cuarentena las golpea profundamente.

A pedido de Secretos de Salta, bodegueros y especialistas opinaron sobre la situación y también dejaron su balance luego de la vendimia 2020.

Roberto Thomann, presidente de Bodegas de Salta

“La vendimia ha sido buena, a pesar de que en algunos viñedos hubo hasta tres caídas de granizo antes de la cosecha. También ha sido un año muy lluvioso, pero hasta comienzos de febrero, y por eso no afectó la cosecha.

En cuanto a los rindes, en algunos casos fueron superiores a años anteriores y en otros un poco más bajos, pero en promedio podemos hablar de rindes normales, a diferencia de la zona de Cuyo, donde hubo mucha merma. Acá estamos terminando la cosecha muy satisfactoriamente. Estábamos en plena vendimia cuando comenzó el aislamiento social preventivo y obligatorio, pero nuestra actividad quedó contemplada y exceptuada.

Hacia adelante, el panorama es muy incierto. La caja del sector vitivinícola se va a resentir muchísimo, por la cadena de pagos y las ventas mismas. No se va a paralizar, como otros sectores, pero las ventas ya están bajando mucho, veremos si el 20, 30 o 40 por ciento.

Sería un osado si te dijera una fecha para que esto se normalice…

También hay que ver cómo termina el tema de la exportación, porque esto es un problema mundial. La crisis del 2001 fue grande pero fue un problema nuestro, esto es una situación que está lejos de cualquier experiencia que hayamos tenido. El mundo va a ser más pobre y eso va a afectar a todos.

 

Bodegas de Salta es la asociación que agrupa a casi todas las bodegas del valle Calchaquí.

Fernando Saavedra, director de Estancia Los Cardones (Tolombón)

“Tuvimos una buena cosecha, con excelentes rindes y una calidad similar a la del año pasado.

El problema grande que ya está empezando a observarse es el quiebre de la cadena de cobro. Porque en el mercado nacional, las vinotecas apenas están vendiendo on line, mientras que los restaurantes no están vendiendo nada, porque están cerrados. Nuestros clientes principales son los distribuidores, que no están pudiendo cobrarles a las vinotecas y restaurantes.

Lo que nos da un poco de aire es la exportación. En Estados Unidos hasta hace un par de semanas estaba todo bastante relajado, con buenas ventas on line y en supermercados, donde nosotros tenemos presencia. Veremos cómo sigue en los próximos días, porque la proyección cambia constantemente.

Nosotros tenemos 50% en el mercado interno y el otro 50 en el externo. Y dentro del interno, solamente estamos en vinotecas y restaurantes. En el externo se mantiene una proyección normal, por lo menos para nosotros.

Esto va a seguir en la economía tres meses más. Todavía no vimos lo peor. Mayo, junio y julio van a ser meses perdidos, recién en septiembre creo que la situación se va a normalizar. Son los tiempos que se dieron en países que ya lo pasaron, como China o Taiwan.

En el mercado internacional, cada bodega se va a ver afectada en función del panorama interno de los países a los que exporte.

La particularidad de los vinos de Salta es que el 70% se destina al mercado interno, y consecuentemente el daño va a ser grande.

Va a ser duro, necesitamos ayudas de parte del gobierno, porque si no va a ser muy difícil afrontar todos los costos de las bodegas”.

Fernando Maurette, director de Bodega Tukma (Tolombón)

“Creo que esta vendimia va a ser recordaba por siempre, en primer lugar por las circunstancias de la pandemia, pero también porque fue un año maravilloso, en kilos y calidad. Fue una vendimia óptima, a pesar del final apresurado por el comienzo de la cuarentena. A nosotros nos agarró con un lote de torrontés tardío en Angastaco, que nos exigió implementar un protocolo de salubridad preventivo para levantar la uva.

Estamos trabajando en la elaboración de los vinos con los recaudos necesarios.

Fue un año sin heladas, sin granizo, con un clima óptimo, una amplitud térmica muy marcada que generó una buena maduración de la uva… fue ideal. Esto va a permitir que cada cepa entregue su máximo potencial, creo que los vinos cosecha 2020 van a ser muy buenos.

Algunos viñedos de Cafayate sufrieron caída de granizo, nosotros por suerte no. El trabajo de vinificación se puede hacer sin inconvenientes, porque los insumos pueden llegar, están autorizados.

El tema comercial está difícil, va a ser un año complicado que nos lleva a extremar nuestra creatividad en cuando a puntos de venta. A nosotros la cuarentena nos complica particularmente porque tenemos el hotel (Altalaluna, en Tolombón) y vendemos bastante vino en la bodega y en Cafayate. Van a pasar no menos de dos o tres meses hasta que la gente vuelva a viajar. Estamos buscando canales de venta on line, venta directa a través de la web, promociones…

Hay que ver qué pasa con las exportaciones, que son un tercio de nuestras ventas y venían creciendo. Tenemos pedidos de Inglaterra y España que vamos a poder enviar. Pero en China, por ejemplo, todavía no sabemos cómo va a reaccionar el mercado. No es un año perdido en este sentido, pero sí muy difícil. El comercio internacional se ha reducido mucho también, aunque no paralizado, porque no es lo mismo el traslado de personas que de bienes. Esperamos que después de mitad de año esto comience a normalizarse.

La parte crediticia no entrega tampoco un panorama alentador. Pero los pequeños empresarios argentinos estamos entrenados para enfrentar adversidades, lamentablemente.

El camino pasa por exportar, redoblar los esfuerzos para eso. Hay que ser muy creativos”.

Carla Dal Borgo, Brand ambassador y directora comercial de bodega Dal Borgo (Animaná)

 

“Para nosotros la vendimia fue muy mala, porque tuvimos dos caídas de granizo que nos afectaron prácticamente toda la uva y no daba para hacer los vinos de alta gama que nosotros elaboramos, de nuestra marca Almandino. Eso nos obligó a vender casi todas nuestras uvas a bodegas que hacen vinos de menor calidad. Lo único que vamos a hacer propio con la cosecha 2020 es un torrontés cosecha tardía, que hasta ahora nunca hicimos. Nos decidimos a aprovechar la desgracia para experimentar.

A eso se le ha sumado ahora el tema de la pandemia, así que podemos decir que no es nuestra mejor temporada…

En estas semanas vamos a levantar esa uva torrontés de cosecha tardía. Y tenemos que extremar las precauciones con nuestros trabajadores.

Desde lo comercial nos pega muchísimo, porque en este momento nadie está pagando… Nosotros tenemos venta directa en bodega, vinotecas y restaurantes, así que la situación es muy complicada. Algunas vinotecas están activando la venta on line, pero no es lo mismo. Esperamos que en mayo la cosa empiece a cambiar, a activarse.

Tenemos que tener consideración con la gente que nos tiene que hacer pagos. Todos tenemos que ser pacientes, porque todo se va a achicar, es algo inédito”.

Luis Asmet, enólogo de las bodegas Humanao (Molinos) y Puna (Cachi)

 

 

“La rutina de trabajo, empleando los elementos de higiene y prevención, se puede seguir sin problemas. Acá los pueblos están prácticamente cerrados.

En Molinos y Cachi tuvimos precipitaciones un poco más marcadas, que salieron de la media de los últimos 10 o 12 años. No afectaron la sanidad de la uva, pero hicieron el panorama bastante heterogéneo entre los diferentes lotes.

Estamos teniendo muy buenos resultados, con rindes similares a los de años anteriores, y muy buena calidad. A los vinos 2020 los veo bien. Los blancos se ven con una buena expresión aromática y un mejor tono de acidez, naturalmente va a ser un buen año para los blancos. La media de temperatura sobre el final del ciclo de maduración fue un poquito más baja, y eso los favorece.

En el caso de los tintos, les costó llegar a su punto de mayor expresión de color y taninos. Hubo que esperar la cosecha entre 10 y 15 días más que años anteriores, y de hecho todavía no terminamos. Algunas bodegas se anticiparon por miedo a las medidas que se iban a tomar con la pandemia.

Hay mucha incertidumbre, nadie puede decir cómo va a terminar todo esto.

En el mercado interno, las ventas van a caer, sin dudas. En el externo, hay que analizar cada país. Me da la sensación que el estadounidense va a ser el que menos se va a resentir. Europa lo va a sentir más, quizás Gran Bretaña menos que Europa continental.

Los vinos jóvenes deberían llegar al mercado en julio, en principio no deberían demorarse. Tanto la producción como la distribución y comercialización de alimentos y bebidas están autorizados. Con los restaurantes y vinotecas cerrados, tiene que crecer la venta por delivery como alternativa.

Hay que ser ingenioso para encontrar vetas comerciales, para que se muevan las cosas y no las personas, porque ellas son los vectores del virus”.